miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ruinas

Nací un 25 de marzo. Un día como otro cualquiera me diréis y tendréis toda la razón. El sol salió y se puso como los demás 364 días del año. Nada nuevo.

Para mí, sin embargo, es un día que tiene algo especial. Quizás porque se celebre la Anunciación, cuando la Virgen recibió la visita de un tocayo mío. O porque el rey Hussein de Jordania fue coronado esa fecha (ya veis lo que me importa, con todos mis respetos por el augusto en cuestión). O, a lo mejor, porque en Grecia se celebra la independencia, el día en que un puñado de bandidos y mercaderes exiliados se levantaron en armas contra el yugo otomano.

Y muchos os preguntaréis ¿y este qué nos está contando? Os lo explico.

No pertenezco a ningún lugar y a la vez pertenezco a dos tierras distintas pero parecidas: Grecia y España. Llevo por mis venas el salitre del Egeo y los campos de Castilla. No es quizás el mejor momento para decirlo, pero sí, mis raíces se extienden por dos de los cerdos de Europa.

¿Qué os voy a contar que sea nuevo? Nada. Grecia se hunde, tiene una deuda enorme que supera con mucho la capacidad anual de producción del país. Se lo merecen piensan muchos. Por ladrones, por corruptos y parásitos. Ese estilo de vida mediterráneo era insostenible. Vale, puede que tengan razón, no lo sé. Lo que sí sé, y de primera mano, es que gente como yo, que ha dedicado su vida al estudio y al trabajo ve ahora su existencia abocada a la miseria más absoluta, a una pobreza que no se merecen.

Y la tragedia no es sólo griega lamentablemente. Ya se ha abatido sobre otras capitales, la última Roma. El país está al borde del rescate en este momento. Y todo indica que la catástrofe no se detendrá allí. Por lo que apuntan las previsiones, su siguiente destino será España, el último gorrino en pie.

No soy ningún experto, sé más bien nada de economía. Pero me pregunto, como hombre libre, ¿por qué tanto sufrimiento, tanta hambre, tanto dolor en un mundo que produce más de lo que necesita? ¿Quiénes son esos mercados, esas agencias de especulación que en las sombras parecen dirigir a países y pueblos enteros hacia la ruina, y que cambian gobiernos en cuestión de horas, minutos y segundos? A lo mejor ellos no son culpables de nada y los verdaderos artífices de todo este jaleo seamos nosotros mismos, con el sistema que hemos creado, que tanto nos ha beneficiado y del que tanto hemos obtenido.

Necesito respuestas, alguien a quien señalar, alguien a quien mirar a la cara.

Grecia, mi otra mitad, arde ya en llamas. No parece haber solución alguna, y el fuego arrasa todo a su paso. El gasto, la ambición y el poder engullen el país y nadie puede escapar de sus fauces de acero. Las mismas que hace no mucho trajeron la prosperidad.

Mientras tanto, desde lo alto de la ruinosa colina, Atenea contempla el espectáculo y menea la cabeza dando un largo suspiro.




2 comentarios:

  1. Γεια σου Άγγελε!

    No seré yo quien responda a tus preguntas, pues también son las mías...

    Lo que más me duele de esta crisis es que, más que económica, es una crisis de valores. Quienes supuestamente representan y deben defender al pueblo se han unido a los que la han provocado, sin importarles en absoluto los cientos de miles, de millones, de tragedias humanas que se están viviendo tanto en Grecia como en otros países.

    Creo que esa prosperidad de la que hablas al final de tu reflexión jamás existió; fue simplemente un reflejo, un destello, un espejismo que todos tomamos en su día por verdadero... Recuerdo la Grecia eufórica de 2004 y 2005. Yo mismo me sentía orgulloso al pasear por las calles de Atenas, al viajar en su recién estrenado metro.

    Por supuesto que Grecia saldrá de este infierno, pero cuándo y a qué precio nadie lo sabe. De momento la juventud pone sus esperanzas fuera del país para escapar de esa miseria que nosotros aquí también estamos sufriendo. El paraíso se llama Australia. Melbourne seguirá siendo la ciudad con mayor población griega del mundo después de Atenas. Hasta Valencia llegó el otro día un chaval de Tesalónica, sin previsión alguna de trabajo ni vivienda. "Lo único que quería -me dijo- era salir de allí".

    Yo también necesito respuestas y creo, querido amigo, que ninguno de quienes deberían respondernos nos aguantaría la mirada al mirarlos a la cara.

    Να 'σαι πάντα καλά!

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  2. Estimado filósofo novato, recuerda que Grecia dio ese gran aporte de lo que luego sería la filosofía occidental. Del poco griego (clásico) que sé, recuerdo que la palabra “crisis” en su forma verbal griega κρίνω (crino) hace referencia a separar, juzgar, decidir. La crisis actual no es solo de Grecia, realmente es una crisis mundial en la que se mezclan factores políticos, económicos y también éticos (erradas decisiones/acciones que se tomaron en su momento).

    Creo que estamos en un tiempo de decisiones en donde la humanidad entera tiene que despertar. Las promesas del “desarrollo” de acuerdo al modelo industrial y extractivista de la naturaleza han fracasado. Es hora de repensar nuestra relación con el otro, no solo con los seres humanos, sino con la naturaleza en general. En todo caso, tenemos muchas preguntas y pocas respuestas. Hoy más que nunca necesitamos de creatividad y esperanza!

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